10/12/2010

Testimonium flavianum: Flavio Josefo, y las interpolaciones cristianas en sus escritos.


BS"D



Yosef ben-Matitiyahu Ha-Cohen (יוסף בן מתתיהו), o como se conoce vulgarmente Flavio Josefo, nació entre los años 3797-3798. En sus libros Antigüedades de los Judíos y Guerra de los Judíos, los cuales fueron escritos poco después del Jurban Sheni (Destrucción del 2do Templo), no ignoró ninguno de los detalles políticos o sociales de Judea; fue especialmente cuidadoso con respecto al periodo de Herodes Primero hasta el Jurban Sheni. Josefo anotó desde una insignificante revuelta, tumulto, condenas de muerte, justas o injustas, que tuvieran  algún interés político o social, como ya se ha mencionado. Como consecuencia, es obvio deducir que en sus escritos debería de reflejar detalles sobre el movimiento que surgió en Erretz Israel, en la época de Poncio Pilato[1], como consecuencia de las enseñanzas del maestro de parábolas de Galil, el Mamzer de Natzrat (Jesús de Nazaret).

Pero en lugar de una extensa descripción como la que es dada por el Herodiano Lucano de Cirene (Lucas el evangelista), o Clemente de Roma, con Josefo solo se encuentra una pequeñísima cantidad de palabras, menor incluso que el mismo libro dedica más importancia a Yojanan HaMatvil (Juan el Bautista) que al mismo Yesh”u, e incluso es aún más insatisfactorio, estas pocas palabras contienen añadidos manifiestos de copistas cristianos.[2] Las Antigüedades mencionan dos veces a Yesh”u. En el primero de estos pasajes aparecen las adiciones; lo citamos a continuación indicando con corchetes las palabras sospechadas por los actuales eruditos:

Γίνεται δὲ κατὰ του̂τον τὸν χρόνον Ἰησου̂ς σοφὸς ἀνήρ, [εἴγε ἄνδρα αὐτὸν λέγειν χρή] ἠ̂ν γὰρ παραδόξων ἔργων ποιητής, διδάσκαλος ἀνθρώπων τω̂ν ἡδονῃ̂ τἀληθη̂ δεχομένων, καὶ πολλοὺς μὲν Ἰουδαίους, πολλοὺς [δὲ καὶ του̂ Ἑλληνικου̂ ἐπηγάγετο ὁ χριστὸς οὑ̂τος ἠ̂ν] [64] καὶ αὐτὸν ἐνδείξει τω̂ν πρώτων ἀνδρω̂ν παρ᾽ ἡμι̂ν σταυρῳ̂ ἐπιτετιμηκότος Πιλάτου οὐκ ἐπαύσαντο οἱ τὸ πρω̂τον ἀγαπήσαντες: [ἐφάνη γὰρ αὐτοι̂ς τρίτην ἔχων ἡμέραν πάλιν ζω̂ν τω̂ν θείων προφητω̂ν ταυ̂τά τε καὶ ἄλλα μυρία περὶ αὐτου̂ θαυμάσια εἰρηκότων.] εἰς ἔτι τε νυ̂ν τω̂ν Χριστιανω̂ν ἀπὸ του̂δε ὠνομασμένον οὐκ ἐπέλιπε τὸ φυ̂λον.

[63] Había por este tiempo Jesús, un hombre sabio, [si es lícito llamarlo hombre]; porque él fue un hacedor de obras maravillosas, un maestro de los hombres que reciben la verdad con placer. Atrajo hacia sí a muchos judíos [y a muchos gentiles. Era el Cristo]. Y cuando Pilato, por sugerencia de los principales hombres entre nosotros, lo condenó a la cruz, aquellos que lo amaron al principio no lo abandonaron; [pues se apareció a ellos nuevamente vivo al tercer día, según los profetas divinos habían predicho ésta y otras diez mil cosas maravillosas concernientes a él]. Y la tribu de los cristianos, así llamada por él, no se ha extinguido hasta el día de hoy.

Flavius Josephus. The Works of Flavius Josephus. Translated by. William Whiston, A.M. Auburn and Buffalo. John E. Beardsley. 1895; Cf. Flavius Josephus. Flavii Iosephi opera. B. Niese. Berlin. Weidmann. 1892.[3]


El manuscrito más antiguo que se conserva de las ‘Antigüedades de los judíos’ de Josefo es del siglo IX o X, pero no contiene los libros 18 y 20 donde se menciona a Yeshu. El manuscrito más antiguo que se conserva que contiene los pasajes de Yeshu, Codex Ambrosianus (Mediolanensis) F. 128 superior, es del siglo X. La parte de este manuscrito que contiene el Testimonium Flavianum se muestra a continuación. El Testimonium Flavianum comienza en la línea 4 con Γίνεται (surge) y termina en la última línea con φῦλον (tribu):



El desarrollo más sorprendente sobre el tema en el siglo XX fue la publicación de la versión árabe del testimonio Flavio, publicado por Shlomo Pines (Pines, Shlomo. An Arabic version of the Testimonium Flavianum and its implications. Jerusalem: Israel Academy of Sciences and Humanities, 1971, pp.c-d).


En esta versión, que data del siglo X, un escritor árabe-cristiano llamado Agapio (fallecido aproximadamente entre 941-942), que fue obispo en la Iglesia Ortodoxa, el testimonio Flavio sin elementos cristianos diferenciados, como la frase "si se le puede llamar hombre" y sin la referencia a los milagros realizados por Yeshu y el papel de los líderes judíos en acusarlo. Además, en lugar de afirmar que Yeshu resucitó de entre los muertos tres días después, esta versión afirma que sus discípulos informaron que se les apareció tres días después. El cambio más significativo se refiere a la frase "Él era el Mesías", que aparece en una versión más refinada: "Es posible que él fuera el Mesías". En conclusión, la versión de Pines se caracteriza por la neutralidad, nos parece importante exponer tal versión que se encuentra en dos fuentes árabes del historiador copto cristiano Jurjis al-Makin Ibn al-Amad en el libro ‘Kitab al-maǧmūʿ al-mubārak, intitulé: Kitāb al-tawāriḫ.’ en Ms. Paris, BnF ar. 4729, f. 108r1-6:

وكذلك قال يوسفيوس العبراني في ميامره الذي كتبها على اليهود، انه كان في هذا الزمان رجل حكيم يقال له ايسوع وكان له سيرة حسنة وعلما فاضل وتتلمد له كثيرا من الناس من اليهود، ومن ساير الشعوب وكان بيلاطس قضا عليه بالصلب والموت . والذين تتلمدوا له لم يتركوا تلمدته وذكروا انه ظهر لهم بعد ثلاثة ايام من صلبه وانه عايش. ولعل هذا هو المسيح الذي قالوا الانبيا عنه 

(Traducción: Y también dice Yosefus el hebreo en sus escritos sobre los judíos: En aquel tiempo había un hombre sabio llamado Iaeshu. Llevó una buena vida que se distinguió por su conocimiento, y muchas personas, tanto judíos como de otras naciones, se convirtieron en sus discípulos. Pilato lo condenó a la crucifixión y muerte. Pero los que se habían convertido en sus discípulos (talmadata) no dejaban de serlo y afirmaban que se les había aparecido tres días después de la crucifixión y que estaba vivo. Quizás él era el Mesías del que hablaban los profetas.)

-Diez, M, Les antiquités gréco-romaines entre al-Makin ibn al-ʿAmid et ibn Ḫaldūn, p. 135.


Y en Kitab al-magmuʿal-mubarak, M. Paris, BnF ar. 294, f. 163r que ayuda para establecer el texto del pasaje de Agapio:

وكذلك يوسيفوس العبراني فانه قال في ميامره التيكتبها على تدبير اليهود: انه كان في هذا الزمان رجل حكيم يقال له ايسوع وكانت له سيرة حسنة وعلم انه فاضل  وانه تتلمذ له كثير من الناس من اليهود وسائر الشعوب وكان فيلاطس قضى عليه بالصلب والموت والذين تتلمذوا له لم يتركوا تلمذته وذكروا انه ظهر لهم بعد ثلثة ايام من صلبه وانه عاش فلعله هو المسيح الذي قالت عنه الانبياء الاعاجيب.

(תרגום הנוסח הערבי:

באותו זמן היה אדם חכם שנקרא ישו. והיה לו אורח חיים נאה, וידוע היה בתור בעל מידות טובות [או, לפי גרסא אחרת: היו לו אורח-חיים נאה וידיעה מופלגת]. אנשים רבים מקרב היהודים ושאר האומות היו תלמידיו. פילאטוס גזר עליו צליבה ומוות, [אך] אלה שהיו תלמידיו לא זנחו את משנתו. הם סיפרו, שהופיע להם שלושה ימים אחרי צליבתו ושהיה חי. ואולי הוא המשיח, אשר אמרו עליו הנביאים נפלאות)

(Traducción: Asimismo, Yosefus el hebreo, porque dijo en su mandamiento que escribió sobre la disposición de los judíos: Había en este tiempo un hombre sabio llamado Iaeshu, y tenía una buena conducta, y sabía que era virtuoso, y que muchas personas de los judíos y de otros pueblos lo habían discipulado, y Pilato lo había condenado a la crucifixión y muerte, y los que lo discipularon no quedaron sus discípulos (talmadata) y mencionaron que se les apareció tres días después de su crucifixión y que vivió, así que tal vez sea el Mesías del que hablaron los maravillosos profetas.)

-Pines, An Arabic Version of the Testimonium Flavianum, p. 29-33.


Shlomo Pines señaló que la versión de Agapio se basó en la de Eusebio y sugirió que era un intento de "cristianizar" la versión original, que no simpatizaba con el cristianismo. Además, Pines sugirió que el texto de Agapio fue menos procesado por los censores cristianos que el texto conocido de "Antigüedades". Además, en cuanto a la cristiandad de Yeshu, la versión de Agapio es similar a la de Jeronimo (un detalle que probablemente pasó por menos procesamiento por parte de estos dos escritores) - "esse christus credebatur" (que ‘Yeshu sea considerado el Mashiaj’) Además, también la versión de Miguel el Sirio de ‘Antigüedades’ dice:

ܕܒܗܠܝܢ ܙܒ̈ܢܐ ܐܝܬ ܗܘܐ ܓܒܪܐ ܚܕ ܚܟܝܡܐ ܕܫܡܗ ܝܫܘܥ . ܐܢ ܘܠܐ ܠܢ ܕܓܒܪܐ ܢܩܪܝܘܗܝ. ܐܝܬܘܗܝ ܗܘܐ ܓܝܪ ܣܥܘܪܐ ܕܥܒܕܐ̈ ܫܒܝ̈ܚܐ ܘܡܠܦܢܐ ܕܫܪܪܐ. ܘܠܣܓܝ̈ܐܐ ܡܢ ܝܘܕܝ̈ܐ ܘܡܢ ܥܡܡ̈ܐ ܬܠܡܕܘ. ܡܣܬܒܪܐ ܕܡܫܝܚܐ ܐܝܬܘܗܝ ܗܘܐ. ܘܠܘ ܐܝܟ ܣܗܕܘܬܐ ܕܪ̈ܝܫܢܘܗܝ ܕܥܡܐ ܡܛܠܗܕܐ. ܝܗܒܗ ܦܝܠܛܘܣ ܠܡܣܒܪܫܐ ܕܨܠܝܒܐ ܘܡܝܬ ܘܗܢܘܢ ܕܝܢ ܕܐܚܒܘܗܝ ܠܐ ܫܠܝܘ ܡܢ ܚܘܒܗ. ܐܬܚܙܝ ܠܗܘܢ ܡܢ ܒܬܪ ܓ ܝܘܡ̈ܝܢ ܟܕ ܚܝ. ܢܒܝ̈ܐ ܓܝܪ ܕܐܠܗܐ ܘܕܐܝܟ ܗܠܝܢ ܐܡܪܘ ܥܠܘܗܝ ܬܡܝܗ̈ܬܐ. ܘܥܕܡܐ ܠܝܘܡܢܐ ܠܐ ܡܓܪܕܐ ܥܡܐ ܕܟܪ̈ܣܛܝܢܐ ܕܡܢܗ ܘܥܕܡܐ ܐܫܬܡܗ

דְּבַהלֵין זַבְנַיָא אִית הֲוָא גַבְרָא חַד חַכִּימָא דִשְׁמֵהּ יֵשׁוּ. אֶן וְלָא לַן דְּגַבְרָא נִקְרֵיוהִי. אִיתָוהִי הֲוָא גֵּיר סָעוֹרָא דְּעָבְדֵי שַׁבִּיחִין וּמַלְפָּנָא דְּשַׁרָרָא. וְלַסְגִיאֵא מִן יְהוּדָאֵי וּמִן עַמְמַיָא תַּלְמִידָיו. מַסְתְּבַרָא דְּמְשִׁיחָא אִיתָוהִי הֲוָא. וְלָא אֵיךְ סַהֲדוּתָא דְּרֵישָׁנֵי עַמָּא. יַהֲבַהּ פִּילָטוֹס לְמַסְבַּרָשָׁא דְּצְלִיבָא וּמִית. וְהַנּוֹן דֵּין דַּאחֲבוּהִי לָא שְׁלֵיו מִן חֻבְּבֵהּ. אֶתְחֲזִי לְהוֹן מִן בָּתַר תְּלָתָא יוֹמִין כַּד חַיּ. נְבִיֵא גֵּיר דְּאָלָהָא וְדָאֶיךְ הָלֵין אָמְרוּ עֲלוֹהִי תַּמִּיהָתָא. וְעַדְמָא לְיוֹמָנָא לָא מְגַרְדָּא עַמָּא דְּכְרִסְטְיָנֵא דְּמִנֵּהּ וְעַדְמָא אֶשְׁתְּמַה.


“En aquellos días hubo un hombre sabio llamado Yeshu. Si es que no debemos llamarlo hombre. Él era un hacedor de milagros asombrosos y un maestro de la verdad. Y muchos judíos y gentiles fueron sus discípulos. Se le considera el Meshija’ (Mesías). Pero no según el testimonio de los jefes de nuestro pueblo. Por tal motivo, Pilatos (Pilato) lo entregó para ser crucificado (tzliba’) y morir. Y aquellos que lo amaban no se apartaron de su amor por él. Se les apareció resucitado después de tres días. Porque era un profeta de Dios, y tales cosas asombrosas se decían de él. Y hasta el día de hoy la nación de los cristianos (kristyane), que toma su nombre de él, no ha dejado de existir.


Es paralela a la de Jerónimo y afirma que "se le considera el Mesías" (מַסְתְּבַרָא דְּמְשִׁיחָא אִיתָוהִי הֲוָא / ܡܣܬܒܪܐ ܕܡܫܝܚܐ ܐܝܬܘܗܝ ܗܘܐ), una redacción menos decisiva que en la versión que aparece en las Antigüedades judías de Josefo.

A la luz de estos hallazgos, la conclusión de Pines fue que el texto atribuido a Agapius se acerca más a la versión auténtica del testimonio Flavio, porque se percibe como menos procesado y censurado.

Siguiendo este texto, el debate en la investigación tiende a la tercera opinión presentada anteriormente, el enfoque de compromiso; Esto se basa en que la base del texto se puede ver como un hecho existente, pero se puede negar claramente su uniformidad, y se pueden señalar claras adaptaciones cristianas; Por lo tanto, la investigación tiende al enfoque de que Josefo sí se refirió a la clase cristiana, pero su referencia fue tibia y moderada, cuando se crearon diversas adaptaciones cristianas del texto que escribió.

Por otra parte, el Profesor Joseph Klausner z”l comenta al respecto:

“Ningún erudito cristiano, incluso aunque no preste ninguna atención a los métodos críticos, admite que las palabras en bastardillas no podrían provenir del judío y fariseo Josefo”.[4]

Incluso, Orígenes (uno de los fundadores del cristianismo occidental de los primeros siglos) afirma en dos lugares distintos que aquél no aceptaba esta idea.[5] El mismo Orígenes, a quien las actuales autoridades teológicas en materia consideran uno de los estudiosos más concienzudos de la Iglesia Primitiva, nos dice que no hay ninguna mención de Yeshu en la obra de Josefo y que éste no creía que Yeshu fuese el Mashiaj, toda vez que no creía en ninguna figura mesiánica judía.[6]

Otros eruditos dudan incluso no sólo de una parte, sino de la totalidad del pasaje: sostienen que todo lo que aparece sobre Yesh”u en las Antigüedades corresponde a añadidos posteriores de los copistas cristianos, que encontraban difícil de aceptar el hecho de que un historiador de la época no mencionara en absoluto a Yesh”u.[7] Estos mismo eruditos aducen que es increíble que un hombre como Josefo, que gustaba de explayarse sobre todo incidente insignificante, se conformará con dedicar a los hechos de la vida y de la terrible muerte de Yeshu las pocas palabras que quedan si se suprimen las interpolaciones obvias.[8]


La mayor parte de los autores que sostienen la falsedad de todo el pasaje concluyen que Josefo omitió el tema, deliberadamente y completamente, pues podía abordarlo si tratar las ideas mesiánicas de Yesh”u, cosa que, político de alma, se cuidaba obviamente de hacer en páginas escritas en beneficio de los romanos, en la misma época en que el emperador Domitiano perseguía a todos los descendientes de la Casa de David.[9]

Los primitivos cristianos buscaban testimonios históricos de la existencia del Mamzer de Naztart para que hubieran aprovechado cualquier cosa por Josefo como prueba concluyente. Sin embargo, no lo mencionan en absoluto. No fue hasta comienzos del siglo IV cuando del obispo Eusebio, el propagandista de la Iglesia de Roma, presentó de pronto una versión de Josefo que contenía estos pasajes yuxtapuestos.[10]

Hoy en día los mesiánicos, netzraitas al no poder aportar pruebas históricas de la existencia del Mamzer de Natzrat (Yeshu) los cristianos de épocas posteriores falsificaron (como lo hacen hoy en día los mesiánicos con el Talmud y los Midrashim) la prueba que tanto necesitaban para apoyar su interpretación de los evangelios. Era una costumbre común como se ha visto en el Proyecto Evan Bojan.



[1] Klausner Joseph Gedalia, Yeshu MiNatzrat, The Bank Leuni Le-Israel Trust, Co. Lt Israel, 1990, Cap. II.

[2] Véase. Schürer, Geschichte des Jüdischen Volkes im Zeitalter Jesu Christi, I, 3 pp. 544-549.

[3] Antigüedades XVIII, iii, 3, Joseph Salvador en, Jesus-Christ et sa doctrine, París, 1938, I, 157-158, diferencio estas palabras en bastardilla de los elementos auténticos. Albert Reville, considera que también las palabras “un maestro de los hombres que reciben la verdad con placer” es una adición posterior.

[4] Op. Cit. Klausner Joseph.

[5] Contra Celso, I, 47; Comm. In Matth, X, 17.

[6] Grüber y Kersten, 1985, p. 6, y véase G.A. Wellls, 1975, p. 11. Josefo despreciaba mucho a los numerosos “Mesías” de su tiempo. Véase Josefo, La Guerra Judía, 135. Metía a “los farsantes religiosos y los bandidos” en el mismo saco y pensaba que eran los causantes del aniquilamiento de Jerusalem.

[7] Emil Schürer, I,4 pp.544-549. Este autor presenta el pasaje original y su traducción, además de una completa bibliografía, dividida en: a) libros que consideran que todo el pasaje es autentico; b) libros que lo consideran parcialmente interpolado, y c) libros que lo consideran un interpolación en su totalidad.

[8] Op. Cit. Klausner Joseph.

[9] Ver. Eusebio, Historia Eclesiástica, III, 19-20; cita a Hesipo.

[10] E. Gibbon, The Decline and Fall  the Roman Empire, Penguin Clasics, 1796. p. 529, nota 36. Gibbon opinaba que la “vulgar falsificación” había tenido lugar “entre la época de Orígenes y la de Eusebio”.